Aurora tiene una vida intensa que vuelca íntegramente en Madonna, su bullet journal. Madonna es agenda, diario, lista de pendientes y confidente.En sus páginas se entrelazan recortes de debates y marchas feministas, actividades en el refugio de mascotas en el que es voluntaria, y fotos de motos y de sus cinco perros. Claramente, no tiene tiempo para el amor. Y si lo tuviera, sus cuatro hermanos, que desde la muerte de sus padres la cuidan hasta de su sombra, no lo permitirían.Pero entonces, la vida le pone por delante a Tiziano, un italiano heredero al trono que, harto de una vida llena de deberes, juega una apuesta con su padre: si logra vivir en Buenos Aires durante siete días como un ciudadano común, evitará casarse y podrá seguir corriendo en Fórmula 1.Si lo descubren, deberá aceptar su matrimonio arreglado y las responsabilidades que conlleva la Corona.
Justo antes de comenzar su semana de libertad, Tiziano encuentra la agenda de Aurora y accede a todos sus secretos. Desde ese momento, sus vidas quedarán inevitablemente entrelazadas. Y aún más desde que un intento de asesinato pone a todos en peligro.
Para sorpresa de ambos, nacerá entre ellos un romance que los cambiará por completo y que incluirá partidas de poker clandestinas, baile de egresados, viaje relámpago al mar, semana romántica en París y el
mejor sexo de sus vidas, claro.
Una historia de amor que podría ser hermosa y perfecta… como un cuento de hadas. Pero no. Porque no existen las hadas, porque la tragedia puede llegar disfrazada de accidente, porque la novia puede ser abandonada un instante antes de llegar al altar, porque una huida puede terminar en muerte, porque no puede ser posible que tenga un final feliz la historia de una chica que no quería ser princesa.

Aunque tiene nombre de princesa, Aurora no puede estar más lejos de parecerlo. Alta, albina, de cuerpo exhuberante y torpe como pocas, allí por donde pasa, llama la atención. Tiene una vida intensa que vuelca íntegramente en Madonna, su bullet journal. Madona es agenda, diario, lista de pendientes y confidente. En sus páginas se entrelazan recortes de debates y marchas feministas, actividades en el refugio de mascotas en el que trabaja como voluntaria, y fotos de motos, de carreras de Fórmula 1 y de sus cinco perros. Claramente, no tiene tiempo para el amor. Y si lo tuviera, sus cuatro hermanos varones, que desde la muerte de sus padres la cuidan hasta de su sombra, no lo permitirían.

Desde siempre, ama las carreras. Incluso tiene una moto con la que participa de competencias de motocross. Quizás por eso, cuando surge la posibilidad de trabajar como camarera en el homenaje que la Fórmula 1 hará a Fangio, no lo duda. Se prepara para ese día organizando cada minuto, para que nada falle.

PERO TODO,
ABSOLUTAMENTE TODO,
SALE MAL.

Aurora accidentalmente rompe a Shawn Mendes (su celular), pierde el tren, llega tarde al trabajo, es derribada por un grupo de periodistas y queda tirada a los pies del italiano más sexy que haya visto en su vida. Y aunque le hubiera encantado saber más de ese chico de mandíbula cuadrada y ojos como el mar, sale corriendo para comenzar su día laboral. Claro que le bastan unos minutos atendiendo a unas clientas para arruinarlo todo, al hacer unas declaraciones en contra de Tiziano, el príncipe de Gelsomini, uno de los corredores en el homenaje a Fangio. Cuando segundos más tarde se escucha a sí misma salir por todos los celulares diciendo “La realeza está sobrevalorada. Los príncipes me resultan aburridos, inútiles, títeres, débiles, sosos… ¿Aburridos ya lo dije?”, sabe que la grabaron y que su video se ha hecho viral. Difícilmente podrá volver a trabajar en el autódromo. Cuando, además, descubre que en algún momento de su caótico día, perdió su agenda, piensa que no hay forma de que la jornada empeore. Pero se equivoca.

Mientras Aurora lidia con su mala suerte, Tiziano discute con su padre, el rey del principado de Gelsomini. Luego de quedar séptimo en su primera carrera de Fórmula 1, el rey lo acusa de hacer el ridículo. El video de la chica albina hablando pestes de la realeza en el autódromo, además, no ayuda para nada: le parece una completa humillación. Por eso le exige a su hijo que deje de correr, se case y se comporte como el príncipe que es, en lugar de dar tanto de que hablar. Al fin y al cabo, él es nadie sin la corona. Pero Tiziano está harto de esa vida llena de deberes y formalidad que él nunca eligió. La discusión desencadena entonces una apuesta impensada: Tiziano deberá vivir una semana de incógnito en Buenos Aires, con solo cien euros en el bolsillo. Si lo logra, podrá seguir corriendo en Fórmula 1 y evitará casarse con Alessia, la prometida que le han elegido.

Tiziano podría estar preocupado por los días que tiene por delante, pero algo más ocupa todos sus pensamientos. Ese mismo día, más tem- prano, se encontró en el hotel a la chica albina del video, mientras él escapaba de la prensa. Su belleza sin igual lo había dejado encantado. Y cuando horas depués halló una agenda extraviada y pudo comprobar que su dueña era la misma joven que se cruzó en el lobby del hotel y luego vio en el video, tuvo una idea: acercarse a ella. Así, Tiziano accede a todos los secretos de Aurora y se convierte en “El ladrón de Madonna”, el italiano misterioso que empezará por entrar a la vida de Aurora primero como una especie de secretario misterioso que le recuerda por teléfono cada tarea pendiente y, luego, ya en persona. Tiziano se hará pasar por Adriano, el doble del príncipe que acaba de renunciar a su puesto, cansado de no tener vida propia. El único que conoce su verdadera identidad es Pietro, su gran amigo. Cuando por fin el cronómetro de la apuesta comienza a correr, él está listo para vivir su vida en libertad, y para seducir a esa albina hermosa que le cortó el aliento. Qué tan difícil podría ser, ¿no?

Pero Tiziano (o Nano, como se hará llamar desde ahora) no tiene idea de lo que le depara esa semana.

En el momento en que Tiziano llega a la casa de la dueña de Madonna para devolverle la agenda y cenar con ella, descubre que está peleando a puro puño y patada contra dos hombres corpulentos: criminales a sueldos que querían cobrarse una deuda del hermano de Aurora, atacándola a ella.

Por supuesto no duda en intervenir en la pelea y, juntos, lograrán vencerlos. Lo que no podrán evitar es quedar ambos entrelazados en una historia de amor que los cambiará por completo y que incluirá partidas de poker clandestinas, baile de egresados, viaje relámpago al mar y el mejor sexo de sus vidas, claro.

Cuando el futuro parecía desplegarse como una promesa, y Tiziano estaba a punto de ganar su apuesta y quedar libre por fin, un intento de asesinato pone a todos en peligro y acaba abruptamente con la farsa. Y no de la mejor manera. Al enterarse que Nano es en verdad el príncipe y no su doble, el mundo de Aurora se cae en pedazos. Y, para colmo, ¡la acusan a ella de haberlo secuestrado!

A Nano le costará mucho el conseguir su perdón: enfrentarse al rey, terminar con Alessia, y pasar una semana en París demostrándole a la plebeya de sus sueños que él, Tiziano Bembo dei Gelsomini, vale la pena. Porque no tiene dudas: quiere pasar el resto de su vida con ella.

Una historia de amor que podría ser hermosa y perfecta… como un cuento de hadas. Pero no. Porque no existen las hadas, porque la tragedia puede llegar disfrazada de accidente, porque la novia puede ser abandonada un instante antes de llegar al altar, porque una huída puede terminar en muerte, porque no puede ser posible que tenga un final feliz la historia de una chica que no quería ser princesa.

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